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Sistemas abiertos


Son los más primitivos pero no por ello menos eficientes. Suelen ser sistemas de bajo coste y tecnología sencilla,
aplicables principalmente a pequeñas o medianas comunidades de zonas en las que la disponibilidad de terrenos sea elevada, concibiéndose por tanto para zonas rurales o semi-rurales. Las características meteorológicas de la zona pueden ser determinantes, limitándose mucho esta influencia con cubiertas sencillas sin paredes que implicarían un encarecimiento justificado de la instalación. En algunos casos, como solución barata, se suele cubrir tan solo la zona de maduración o parte de ella, con el fin de evitar rehumectaciones excesivas del material en fases próximas al cribado final que podrían entorpecer mucho esta operación. La forma de amontonamiento del material en este tipo de plantas es variado (pilas, mesetas, montones, etc...), así como los modos de tratamientos a los que se las somete. Lo más usual es utilizar sistemas dinámicos, sean por medio de dispositivos especialistas (volteadoras) o bien con maquinaria inespecífica (normalmente palas mecánicas). Son más escasos los que se decantan por métodos estáticos y suele deberse a carencias de espacio y/o maquinaria apropiada en la instalación.


Compostaje en pilas

Se deben a Sir Albert Howard, que implementó el compostaje que hasta entonces se realizaba en montones convirtiéndolos en pilas alargadas de material. A partir de aquí se convirtieron en el sistema clásico de compostaje y han sido la base de los desarrollos posteriores. Dentro del sistema encontraremos dos modalidades: las pilas dinámicas y las pilas estáticas. En el caso de las dinámicas los únicos modos de controlar la temperatura son una combinación de volteos y riegos, o bien jugar con su tamaño. Para el control de la temperatura en pilas estáticas se recurre al método Rutgers, con un sistema de ventilación forzada mediante tubos enterrados en el material o con estrechas zanjas hechas en el propio suelo sobre el que descansa la pila. En el caso de hacerse el control por los niveles de oxígeno sería el método Beltsville, aunque lo habitual es encontrar ya métodos con combinación de ambos y alternando períodos de ventilación forzada por soplado con ventilación por aspiración.

pilas

Las pilas dinámicas presentan las ventajas de conseguir una mayor homogeneización del material, una disminución mecánica del tamaño medio de partícula que contribuye a una mayor disminución de volumen y, por último, una mayor garantía de higienización del material al conseguirse que todo el material pase por fases termófilas tras alguno de los volteos. Por contra presentan la gran dificultad de controlar su temperatura, posibles problemas de deficiente oxigenación en capas profundas si la estructura no es la adecuada (que no puede garantizarse por los volteos) y el elevado coste de las máquinas volteadoras.


Compostaje en mesetas

Es una variante de la pila desde su sección triangular a otra trapezoidal que permite una base de gran anchura como si fuese la unión lateral de muchas pilas. Su principal ventaja es el mayor aprovechamiento de superficie (mayor número de m
3 por m2 de superficie ocupada) y su mayor capacidad de retención del calor generado por el metabolismo de la microbiota, lo que refuerza la capacidad del sistema para poder emplearse como sistema abierto en climas extremos, tanto fríos y húmedos como cálidos y desérticos, ya que también permite una mayor retención de la humedad del material.

mesetas


Compostaje en zanjas

Se trata de una de las variantes del método Indore de Sir Howard. En cierto modo serían pilas en cota negativa, donde el material a compostar se deposita dentro de nichos o agujeros practicados en el suelo. Son sistemas de uso poco común y tan solo apropiados para climas muy secos y cálidos o para algunos casos muy específicos. Su principal ventaja es la de aprovechar al máximo, tanto el agua de riego, como la de lluvia, pero se acrecientan los riesgos de entrada en anaerobiosis. En algunos casos se utilizan en combinación con la acción de lombrices de tierra, con la doble función de retención del terreno frente a la erosión por lavado y fertilización adicional, pero son siempre variantes del método Indore, como es el caso del método Mazibuko desarrollado en Sudáfrica para la recuperación de suelos muy degradados.