Documentos TV: “Una dieta de basura” (Sludge diet) - emitido el sábado 17 de abril de 2010 a las 22:30
El sábado 17 de abril de 2010 se emitió en la 2 de Televisión Española, dentro del programa “Documentos TV” el documental canadiense del 2007 titulado originalmente Sludge Diet (Dieta de lodo), que han traducido como “Una dieta de basura”.
Aunque en España estamos acostumbrados a que las traducciones de los títulos originales de las películas no tengan nada que ver con el original, en este caso se ha extendido también al doblaje del documental, y la traducción de los términos ¿”técnicos”? empleados en el audio del documental son completamente erróneos. No sé si vendrá derivado de que los traductores apreciaban aquel dicho popular de “ara profundo, mete basura y cágate en los libros de agricultura”, pero el error que han cometido es de tal magnitud que el resultado supone una tergiversación, manipulación y ataque contra la aplicación de compost en la agricultura. El documental trata sobre los problemas en la salud humana y animal derivados de la aplicación directa en campo de lodos de depuradora como fertilizantes. En la traducción española se han utilizado los términos “residuo sólido urbano” y “compost” como equivalentes a lodos, y se afirma que de las plantas depuradoras de aguas residuales sale directamente “compost” (ver enlace). Obviamente el lector sabe que el residuo sólido urbano (RSU) se refiere a los deshechos sólidos sin separar que se generan en un domicilio y que se depositan en contenedor, mientras que los lodos provienen de la depuración y tratamiento (por decantación, centrifugación, etc...) de las aguas residuales urbanas o industriales (en todo caso líquidas, no sólidas como dicen en el documental).
Es de la aplicación directa e incontrolada de este lodo (al que el audio en castellano no deja de llamar “compost”) de la que derivan todos los problemas sanitarios a los que alude el documental. Y simplemente leyendo el texto de la sinopsis del documental en su versión original (aquí) no se encuentra ninguna referencia al compost. Esta sería su traducción:
Lodos de depuradora - toneladas de lodos industriales y urbanos son esparcidos cada año en suelo cultivable. La comida que comemos es pues producida en suelos fertilizados con lodos digeridos que contienen sustancias peligrosas.
Las consecuencias han sido desastrosas: muerte, enfermedades y envenenamiento por metales pesados.
En encuentros con víctimas de Canadá, Estados Unidos, Suiza y Francia, incluyendo agricultores y ciudadanos que denuncian esta práctica, y científicos y oficiales del gobierno, obtenemos una imagen muy clara del realizador de la enormidad del problema. Un problema que él siente que debe ser traído ante la opinión pública.
Si eso no fuera suficiente, se encuentran en internet otras referencias y comentarios sobre este documental (aquí) donde se deja muy claro que se trata de una denuncia acerca de los problemas derivados de la aplicación directa de lodos de depuradora en suelos de uso agrícola, y tampoco mencionan para nada la palabra “compost”.
Debido nuevamente al inapropiado uso del término “compost” para casi cualquier producto orgánico que se aporte al suelo, a pesar de los incontables documentos académicos, técnicos y legales acerca del compost y sus aplicaciones; así como del desconocimiento del público en general sobre el tema, se puede permitir que en un programa ya histórico y de prestigio de una televisión pública estatal se cometan semejantes errores. Claro que también les habrá venido muy bien esta confusión a los detractores del compostaje como sistema de gestión de la materia orgánica al confundir a los espectadores del programa con esa visión apocalíptica del compost. Además han tenido la suerte de que la emisión de ese programa haya ido a coincidir con el fin de semana donde se anunciaba la implantación de la recogida selectiva en Guipuzkoa de la fracción orgánica para su compostaje (aquí), y estén en debate en otras comunidades autónomas los nuevos planes de gestión de residuos.
Y por si queda alguna duda más aquí dejo un enlace para la descarga de un documento de la profesora Montserrat Soliva, de la Escola Superior d’Agricultura de Barcelona sobre el compostaje y los lodos de depuradora. Opinión más experimentada y respetada en el tema les va a ser difícil de encontrar.
El método Bokashi y el compostaje
En la edición del Morrazo del diario Faro de Vigo del pasado lunes 15 de septiembre aparece una información sobre la iniciativa del concello de Cangas (Pontevedra) para la promoción del método bokashi en el tratamiento de los residuos orgánicos domésticos que presenta importantes incorrecciones en los términos que emplea y que podrían llevar a confusión a sus lectores.
Aunque no se pretende entrar en valoraciones sobre el método bokashi en sí y vaya por delante que considero que el concello ha dado un primer paso en la dirección correcta para optimizar la gestión de los residuos urbanos, separando la fracción orgánica del resto y promoviendo su tratamiento in situ. Pero, ni el método bokashi tiene nada que ver con el proceso de compostaje, ni el producto que se obtiene puede considerarse compost.
El compostaje fue descrito por primera vez en el siglo XI y desde entonces ha sido un proceso conocido, investigado y empleado en el tratamiento de todo tipo de restos orgánicos. Se caracteriza principalmente porque los microorganismos responsables necesitan la presencia de oxígeno para vivir, desarrollarse y realizar su actividad degradativa (son microorganismos aerobios). En el método bokashi se busca todo lo contrario, esto es, confinar el material a tratar y quitarle todo el aire, por lo que el proceso que se dará en esas condiciones será una degradación anaerobia -en ausencia de oxígeno- en el que serán otros microorganismos completamente diferentes los que la llevarán a cabo. Otra de las características definitorias del compostaje es que se trata de un proceso en el que se produce una liberación de energía en forma de calor. Esto le supone una importante ventaja frente a otros sistemas de tratamiento, pues si esta temperatura en la fase termofílica (entre 55 y 60ºC) se mantiene durante el tiempo suficiente (mínimo de dos días) se consigue una higienización del material al destruirse los patógenos que pudiera contener el residuo original. Ninguna de estas dos condiciones se da en el método bokashi por lo que nada tiene que ver con el compostaje. Además, en el compostaje no es preciso añadir ningún tipo de inóculo, fermento, o cualquier otro tipo de “polvos mágicos”, pues la microbiota que realiza el proceso ya se encuentra desde un principio en el residuo y tan sólo hay que darle las condiciones propicias para que se desarrolle y realice su actividad. En definitiva no es más que optimizar el proceso por el cual los bosques generan su propio humus o mantillo a partir de sus restos orgánicos, de modo que, en lugar de en años, se realice en semanas.
En lo relativo al producto final del método bokashi -lo que en su artículo denomina “compost”- decirle que afortunadamente el término “compost” y su definición han sido recogidas en el Real Decreto 824/2005 sobre abonos y fertilizantes. Legalmente sólo puede denominarse compost al “Producto higienizado y estabilizado, obtenido mediante descomposición biológica aeróbica (incluyendo fase termofílica), de materiales orgánicos biodegradables bajo condiciones controladas”. El producto final que se obtiene del método bokashi no tiene nada que ver con el compost según su definición y confundirlos sería algo así como considerar que un sándwich es lo mismo que una empanada.
Finalmente, para los que quieran informarse sobre el verdadero compostaje a escala doméstica, pueden dirigirse a la asociación ADEGA. Llevan tiempo realizando talleres formativos para los interesados en compostar los restos orgánicos que generan en su propio hogar y -contrariamente a lo que se pudiera pensar- es en la ciudad de Santiago donde tienen una mayor demanda, no en el rural.
El compostaje arrastra una mala fama por errores en el diseño y/o gestión de muchas instalaciones industriales de tratamiento de residuos, errores derivados principalmente de falta de conocimiento del proceso biológico. Pero a pesar de ello ha demostrado sobradas veces que es un sistema fiable, sencillo, eficiente y barato para tratar la materia orgánica que consideramos residuo y convertirla en un producto de calidad, valorizable y con el que se cierra el ciclo de la materia al poder retornarlo al suelo como nutriente para las plantas. Dicho sea con todo respeto ¡ya va siendo hora de que se llame a cada cosa por su nombre!.